Al parecer, en Concordia ya pasó lo peor. El ingeniero Guillermo Collazos, jefe del Área de Hidrología de la Represa de Salto Grande, especificó cuándo comenzaría a bajar el río y retirarse la creciente que obligó a evacuar a más de 170 familias.
Un profesional del Área de Hidrología de la Represa de Salto Grande contó cuáles son las previsiones y habló de “luz al final del túnel”. Además, respondió por qué no elevan el nivel aguas arriba.
Al parecer, en Concordia ya pasó lo peor. El ingeniero Guillermo Collazos, jefe del Área de Hidrología de la Represa de Salto Grande, especificó cuándo comenzaría a bajar el río y retirarse la creciente que obligó a evacuar a más de 170 familias.
“La tendencia del río será a la estabilidad, permanecerá en los valores actuales, por debajo de los 13.70 metros. Esta tendencia a la estabilidad se mantendrá en los próximos días, lo que es una noticia positiva para las ciudades aguas abajo”, resaltó en diálogo con El Litoral.
“Los pronósticos –insistió– son favorables, porque en los próximos cinco días, en la cuenca más cercana a Salto Grande no hay previsiones de precipitación y luego hay incertidumbres que son propias de un sistema natural, como es el caso de una cuenca y un río, que no se pueden determinar exactamente al metro cúbico, son otros imponderables que hay, y siempre que se hacen estimaciones son aproximadas. Esas dos fuentes estarían indicando que es altamente probable que en los próximos días el nivel del río se siga manteniendo por debajo de los 13,70 metros”, explicó Collazos.
El profesional habló también sobre la posible bajante y cuándo sucedería. “Se pueden transmitir proyecciones porque son más firmes. La situación comenzará a mejorar el fin de semana; probablemente el domingo (19 de mayo) empiece un leve descenso del río. Será leve, pero continuará durante los próximos días, porque los aportes que vienen de la parte superior de la cuenca van en franco descenso una vez pasado el pico, así que en esta situación de niveles altos se verá la mejoría a partir del fin de semana, inicialmente leve, pero se confirmará durante la semana próxima”, aseguró.
Al ser consultado acerca de si esta creciente era igual a la vivida hasta diciembre de 2023, especificó: “El año pasado tuvimos una crecida más complicada, fue una crecida con tres ondas, por eso fue prolongada en el tiempo. Esta es una crecida de una sola onda, entonces una vez que estemos en la peor situación, que es en la que estamos ahora y durará unos cuatro días más, después se ve la luz al final del túnel”.
“Cada crecida es única, es diferente. Cada una se gesta en una parte de la cuenca diferente; por ejemplo, en este caso hubo una sincronía de una onda de crecida que venía por el río Uruguay con otra que venía por el Ibicuy, que es uno de sus afluentes principales. Cada crecida es como una persona, tiene sus características singulares y si bien se pueden encontrar parecidos, cada una es única, por lo menos para nosotros que nos dedicamos a estudiar estas cosas”, completó luego.
Acerca de los aportes que provienen del norte (Corrientes y Misiones, especialmente), en donde está bajando rápidamente el nivel del río y los evacuados comienzan a regresar a sus casas, comentó: “Los aportes van remitiendo, van a ir disminuyendo. Ya comenzó a disminuir levemente el nivel en Monte Caseros y esos descensos son los que vamos a ver todos aguas abajo a partir del fin de semana”.
Durante estos próximos días el embalse (aguas arriba) estará muy alto, cercano a los límites máximos, según informó el ingeniero. “Lo menciono porque puede haber gente que tenga propiedades. Iremos a niveles muy altos que no son usuales. Que estén alerta para tomar precauciones porque estará alto hasta viernes o sábado que comenzará a descender”, explicó.
Muchos de los afectados aguas abajo criticaron que el embalse en el Lago de Salto Grande no llega a los límites operativos (pasados los 35 metros) y aseguraron que “siquiera se acerca”, mientras ellos se inundan. En 2015, durante la creciente histórica, para evitar inundar a más personas llevaron a más de 37 metros de altura esa zona. Acerca de lo que ocurrió en ese momento, Collazos precisó: “Esa fue una situación excepcional. Fue la crecida más importante desde que existe Salto Grande. Fue una situación totalmente atípica y crítica y las decisiones y situaciones que se vivieron ahí, nadie las quiere repetir. Pretender que una situación que fue crítica se vuelva habitual es una locura”.
“Nosotros operamos la represa para proteger a las poblaciones que están aguas abajo, pero eso también tiene que ser hecho con sensatez y con la seguridad de la propia represa. En las situaciones críticas, como las que son para las personas de vida o muerte, uno toma ciertas decisiones en las que arriesga mucho, pero eso no puede ser la tónica de todos los días”, especificó.
“Lo que pasó está registrado, es la historia, mucha gente se acordará de ese momento tan difícil también para la Defensa Sur. Era una situación muy compleja y por eso se alcanzaron niveles excepcionales que no tienen por qué volver a repetirse”, afirmó luego acerca del tema.
Finalmente, pidió confianza. “Las personas que estamos trabajando, todo el equipo Hidrología de Salto Grande y todo Salto Grande, en una situación de estas con todos los medios y con todo el profesionalismo, buscamos lo mejor para la protección de las poblaciones aguas abajo. Concordia, Salto y también las localidades que están más al sur”.
Por último, al hablar del fenómeno meteorológico que afecta a la región y provoca lluvias por encima de lo normal, especificó: “Todavía estamos en año Niño, pero se va agotando y transitando hacia una condición neutral los próximos meses. Empezamos Niño en septiembre del año pasado, que tuvimos una creciente en ese mes, y en el mes próximo estaríamos abandonando esa condición, que justamente genera lluvias en esta región”.
“Esta crecida que estamos experimentando tiene su origen en las lluvias que tuvieron epicentro en el estado de Río Grande Do Sul; en nuestra cuenca tuvimos una parte lateral, fue parte de la misma tormenta, pero con menor intensidad. Si hubiéramos tenido la poca fortuna de que el epicentro hubiera caído en nuestra cuenca de aporte, la situación ahora sería muchísimo más complicada para nosotros. La meteorología no conoce de fronteras, podría haber caído 60 kilómetros más al oeste y lo hubiéramos recibido nosotros con más impacto”, concluyó Collazos.
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